sábado, 24 de marzo de 2012

Alegría para el jardín

Cuántas veces los amores, las intrigas y los momentos de ilusión han sido acompañados por una solidaria margarita, que ofrece sus pétalos para darle una respuesta fiel a sus dudas, y es que estas flores, además de lo anteriormente dicho, también enriquecen los jardines con su frondoso follaje lleno de color.

Estos ejemplares, que pueden ser desde naranjas, rojos, blancos o de tonos rosas, son muy valorados, más aún las blancas con centro amarillo, que aparecen desde primavera hasta otoño.

Tipos de plantación. Las opciones para cultivar margaritas son básicamente tres: división de matas, corte directo o siembra desde semillas. La más recomendada es por división de matas, para ello se necesita acceder a una planta adulta en buen estado de salud. De ella, toma una porción que tenga raíces y un poco de tierra adherida y debe plantarla en algún sitio que tenga buena tierra (aireada, fértil y livianada), se debe regar bien para que se mantenga húmeda, pero evitando excesos. Además, debe asegurarse de que ese sitio goce de buena luz solar.

Saber podar. Hay que saber que las margaritas se desgastan mucho cada vez que florecen, por lo tanto necesitan de una buena poda, se hace en forma anual, y se van eliminando las flores que estén marchitas para darle más fuerza a la planta, eso ayuda a que cada vez que florezcan de nuevo, se las vea más hermosas y que el crecimiento sea bien notable. Otra forma en que se debe hacer la poda de margaritas, es hacerle una poda completa luego de la primera floración, también de esa manera producirá brotes nuevos el año próximo.

Margaritas bajo sol

Son flores que necesitan estar bajo el sol a una temperatura de entre 15 y 25 grados, aunque algunas variedades soportan temperaturas más bajas.

Riego

Al principio necesitan un riego diario generoso, cuando ya son adultas deben ser regadas 2 o 3 veces por semana en verano y una vez cada 15 días en invierno.

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