domingo, 23 de septiembre de 2012

Hogar ordenado Energía y placer en casa

El desorden tiene formas curiosas de introducirse en nuestro mundo. De momento logramos que el escritorio o el mostrador esté libre de papeles, cuando, repentinamente, tenemos delante otro montón de papelería digno del cesto del reciclaje.

El valor del orden es probablemente uno de los primeros que se aprenden en la vida, ya que ayuda a darle a cada cosa su lugar, y a que la persona misma aprenda a encontrar el propio.

Los padres deben enseñar a los hijos disciplina, para que sepan amoldarse al contexto social; el orden es principio de disciplina y vuelve a las personas más productivas, ya que les ayuda a poner límites a las cosas, a las demás personas y a uno mismo, dándole a cada cosa su jerarquía y descubriendo el nivel de prioridad que tenga en su vida.

Con el orden se fomenta la organización, cualidad que permite a la persona disponer de modo ordenado de un conjunto de pasos para poder efectuar una tarea exitosamente.

Y es que al ganar la independencia los niños cada vez más irán ampliando sus campos sociales y disponiendo de mayores obligaciones y actividades, para las cuales deberán organizarse si desean realizarlas con éxito.

¿POR QUÉ ES IMPORTANTE?

A medida que crece el niño va tomando conciencia de su individualidad, y el desapego que se va creando particularmente con la figura materna, irá aprendiendo a desarrollar sus actividades por sí mismo y comprendiendo que tendrá que seguir las reglas de la casa al igual que todos los demás miembros que la habitan. Por lo tanto, se le pedirá al niño primero colaboración y posteriormente autonomía en las actividades que realice.

Este hecho le crea la necesidad de poder dar respuestas adecuadas para adaptarse funcionalmente a la dinámica familiar y con el paso de los años ganar su independencia.

De aquí se deriva la necesidad de que tenga un orden y una organización suficiente para poder responder a las demandas externas y adaptarse exitosamente a los diferentes contextos sociales, partiendo del aprendizaje y puesta en práctica que realice en su hogar.

El orden no solo es bueno porque generará en el menor un beneficio a corto plazo como el de limpieza y organización a nivel externo, sino que a nivel interno ayudará a poner orden en nuestros pensamientos y a organizar nuestra mente. Por eso el orden se relaciona directamente con el orden mental.

Un nuevo comienzo

Llegó el momento de comenzar desde cero, y adoptar un nuevo método de organización.

Ser ordenado implica numerosos beneficios. Inicialmente, se puede ahorrar dinero sabiendo lo que se tiene, y evitando la compra innecesaria del mismo artículo dos veces. En segundo lugar, se puede hacer mucho más en menos tiempo. Y, finalmente, podemos sentirnos más en control y mejor con respecto a nuestros espacios personales.

1. Deja la cama hecha antes de salir de casa.

En general esto debe ser una norma, no lleva más de cinco minutos y evita la sensación de desorden cuando uno llega y ve la cama sin hacer.

2. Quitar el polvo.

Lo ideal sería pasar un trapito rápido cada día o par de días para evitar que se acumule.

3. Al día con la lavandería:

El lavado de la ropa es una tarea hogareña que puede escapar de control si no se realiza con frecuencia.

Propóngase lavar una carga de ropa diariamente. Puede hacerlo antes de salir para el trabajo. Cuando usted, sus hijos o cónyuge regresen a casa hágala secar y luego guárdela.

El lavado de la ropa, si se reparte en pequeñas porciones, se convierte en una tarea más fácil.

4. Lavar los platos de la cena:

A pesar de que pueda estar cansada, la limpieza y organización de los platos le evitará enfrentar un fregadero sucio por la mañana, o sentir la tentación de dejarlos ahí hasta la noche siguiente porque no hay peor sensación que levantarte por la mañana con prisas y agobios y ver toda la cocina llena de platos, sobras de comida, botellas o con el lavaplatos lleno. Por la noche no lleva más de 10 minutos, que se te hacen muy cortos si estás oyendo la radio o lo haces en compañía.

5. Piensa y prepara el desayuno para el día siguiente:

Uno de los motivos por los que no se desayuna es porque no queda tiempo. El levantarse con muchas cosas que hacer deja el horario del desayuno al olvido o comemos lo primero que tenemos a mano.

Sin embargo, si por la noche, a la vez que estás haciendo la cena, puede idear el menú del desayuno y así dejar preparado lo que puedas, así en la mañana todo es mucho más fácil.

6. Recoger una habitación.

Muchas veces vas con prisas a hacer otra cosa y te das cuenta de que se te olvidó recoger algo de la habitación que acabas de dejar, creando algo de desorden. Cuando vayas a salir por la puerta de una habitación piensa si aún te queda algo por recoger en ella.

7. Deshaste de la basura a diario. Cada vez es más necesario sacar la basura de la casa, puesto que la cantidad de bolsas se va acumulando en casa. Si no, poco a poco se irán acumulando bolsas (envases, cartones, orgánica, vidrios…) y cada vez nos dará más pereza bajarlas.

8. Haz una sola tarea del hogar por día. Una de las máximas de la productividad, pero aplicada al hogar. ¿Qué es lo más importante que tendrías que hacer hoy en tu casa? ¿Planchar, pasar la aspiradora, limpiar el baño? Haz solo una de ellas. No trates de hacer más que eso. Una propuesta, una cosa hecha, una persona feliz. Y por supuesto, date una recompensa tras acabarla.

9. Deshazte de una cosa inútil cada día. En casa contamos con cientos de cosas absurdas que no hacen más que acumular polvo y espacio en casa. ¿Por qué no empezar a deshacernos de ellas? Incluso puedes intentar ganar algo de dinero con ello para tus vacaciones. Haz un concurso con tu pareja. ¿Qué has tirado tú hoy?

10. Haz tus gestiones durante la semana: haz una lista de gestiones que debes hacer durante la semana. Así no tendrás que dedicar el fin de semana a sus asuntos pendientes.

Seguir estos simples pasos te ayudará a llevar un hogar más agradable y además podrás encontrar una nueva manera de trabajar en equipo y en familia.

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