lunes, 25 de febrero de 2013

Indispensables en el refrigerador

El éxito o el fracaso de un régimen alimenticio depende de lo que contenga tu refrigerador y de cómo lo organices. “Dime qué contiene tu refrigerador y te diré cómo te ves”, parafrasea la nutricionista Ana Julia Vásquez, quien recomienda antes una limpieza profunda del electrodoméstico.

El siguiente paso es separar los alimentos saludables de los demás. Asegúrate de que los que son bajos en grasa y azúcar, y altos en fibra y proteína estén siempre en un lugar más visible, en un envase transparente y listos para comer en una ración. “Frutas como la papaya y la piña deben estar ya picadas, para que no dé flojera cortarlas y se pudran en el frutero”, recomienda Vásquez.

Si bien esconder los alimentos menos saludables al fondo es buena táctica, es más efectivo no comprar alimentos insalubres. Elimina definitivamente los postres envasados, comida para calentar en el microondas y los fideos instantáneos.

La sustitución es otra estrategia útil. Mira las etiquetas y busca alimentos bajos en grasa y sin azúcar. Para evitar las gaseosas, ten siempre un botellón de agua fría y una jarra con un jugo frutal. Así podrás elegir.

Antes de colocar un alimento en el freezer (parte superior), sepáralo también en raciones personales. No sea que abras el estuche de milanezas y te comas más de dos porque descongelaste todo el envase.

Finalmente, promueve combinaciones saludables y deliciosas: pon al yogurt junto a la fruta o el queso sin sal junto a la ensalada.

Niños

Para fomentar a los pequeños a comer sano, se puede tener fruta fresca y lista para ingerir, cortada en forma de estrellas o con caritas dibujadas, cosa que se vea apetecible.

Matar el hambre

Un truco para no pecar cuando el hambre nos ataca es tener siempre porciones de comida listas para comer. Fruta trozada, gelatina sin azúcar, trozos de queso sin sal o tallitos de apio y zanahoria en tiras te sacarán de apuros.

Lo necesario

Aprende a comprar con inteligencia. Que no te avergüence ir al mercado por dos pechugas, cereales y tres papas que comerás en la semana. No compres nada “por si acaso”, como jamón o panes, pues al final cederás a la tentación

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