Un todo en uno solo. Según Ibáñez, el diseño tiene el objetivo de encontrar la relajación y armonía a través de elementos decorativos, eligiendo cuidadosamente cada elemento para cada maceta.
Para exteriores e interiores. La arquitecta resaltó que esta maceta puede colocarse en cualquier espacio tomando en cuenta donde se encuentre el equilibrio. Esta puede colocarse tanto en exteriores como interiores, ideales para lugares pequeños como la oficina, lugares sin jardín, departamento o como un objeto decorativo de descanso.
Características. Entre sus características la especialista destacó que no todos los jardines zen llevan plantas, pero en ocasiones pueden añadirse bambúes, helechos, flor de jade, enebros, plantas suculentas y cactus, etc. Asimismo, la roca y la grava ocupan la mayor parte de este tipo de jardín y por lo tanto no necesitan agua. Además que están representados por patrones creados en la arena.
De acuerdo al estilo. Los materiales que componen esta maceta pueden ser madera, plantas, el rastrillo para difundir la grava en un patrón que fluye velas, arena, fuego, conchas, cristales de cuarzo y piedras naturales. De igual forma se deben evitar adornos metálicos, plásticos o sintéticos, resaltó Ibáñez.
Sencilla composición. Estas macetas al estar compuestas por elementos secos, no requieren de un cuidado especial, solo lo necesitan cuando llevan una planta, explicó Ibáñez. “No precisa de cuidados porque si fuese así carecería de su sencillez intrínseca”, señaló la especialista.
Efecto relajante. Ibáñez recomendó tener uno de estos ejemplares ya que en ocasiones la vida cotidiana puede provocar estrés y una manera de relajar el cuerpo es con uno de estos elementos, pues tiene el efecto de transportar para sentir paz, tranquilidad y el pensamiento contemplativo, expresó la arquitecta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario