lunes, 13 de enero de 2014

La majestuosidad del bonsái

Paciencia y perseverancia. La técnica del bonsái devela la capacidad del hombre para embellecer aún más a la naturaleza. En Cochabamba existe una asociación que agrupa a fánaticos de este arte.

 Dicen los bonsaístas que crear un bonsái no es un pasatiempo, sino una pasión. Con más de dos mil años de vida este arte milenario deleita la vista de miles de personas quienes aprecian la belleza y perfección de los árboles en miniatura.

El arte del bonsái tiene su origen en la China; nació como un símbolo de la eternidad, ya que representaba un puente entre lo divino y lo humano. Según la tradición, aquellos que lograban conseguir que sobreviviera un árbol en una maceta lograrían la vida eterna.

Más tarde los japoneses perfeccionaron esta técnica, y la estética de cultivar árboles miniatura se convirtió en un verdadero arte.

Con el tiempo, el arte del bonsái ganó millones de adeptos en el mundo, quienes dedican muchas horas para lograr hermosos árboles miniatura de diferentes especies.

En Cochabamba, decenas de personas han aprendido esta técnica, incluso desde el 2000 se conformó la Asociación Bonsái Cochabamba (ABC), que tiene un promedio de 20 miembros activos.

Su vicepresidente Jaime Vidaurre afirma que los bonsáis no son plantas delicadas pero, requieren dedicación, cuidado continuo y sobre todo paciencia, ya que cada uno no se hace de la noche a la mañana.

Asociación bonsÁi Cochabamba

La ABC tiene una actividad constante, realiza varios cursos al año y una gran exposición y concurso en diciembre.

La última se denominó “Sach’a 2013” y se llevó a cabo en la Casona de Mayorazgo. Participaron expositores y concursantes de Cochabamba, La Paz, Santa Cruz, Sucre y Oruro.

Jaime Vidaurre, quien ganó este concurso en varias oportunidades, afirma

que “el premio es más simbólico, pues el hecho de ver a tu bonsái destacarse es lo mejor”.

Durante los concursos cada bonsái es clasificado en varias categorías con parámetros distintos. Uno de ellos es el tamaño, dividido en grandes con un máximo de 1.20 m, medianos con una altura de 70 cm y pequeño de 15 cm. En

muchos concursos también se toma en cuenta la opinión de los asistentes, así como estilos de bonsáis.

LA TÉCNICA PASO A PASO

Como cualquier árbol los bonsáis deben adecuarse muchas veces a las condiciones extremas de la naturaleza, soportando vientos y lluvias; por esta razón necesitan recibir una atención continua por parte de sus cultores.

Por otro lado, es importante aplicar técnicas para poder obtener un bonsái con determinadas características.

La primera es el corte de la raíz que tiene por objetivo lograr que la planta cree raicillas y pueda expandirse en la maceta.

Según Vidaurre, las raicillas hacen que la planta pueda vivir por más tiempo y se constituya como bonsái. Éstas se deben cortar del tamaño de la maceta, así la planta podrá vivir en esas condiciones.

Posteriormente, se realiza el alambrado que busca dar forma con un alambre a las ramas del árbol. Mientras más blandas estén es más facil darle forma al bonsái.

La idea es tratar de reproducir lo que está en la naturaleza, muchas veces imitando condiciones extremas.

Luego, se realiza el pinzado que consiste en quitar los brotes terminales de la planta para que sea más frondosa y tenga mejor aspecto.

El defoliado o mantenimiento es otra técnica que consiste en reducir el tamaño de las hojas que puede ser total o parcial. Al quitar las hojas, se reducen de tamaño y se multiplica el follaje de las ramas. Esto se realiza cada dos años.

Otra de las técnicas, no muy utilizada debido a su complejidad, es el tallado que se realiza en el tronco del árbol llamado “shari”, “yin” o “madera muerta”, que se usa para dar la impresión de edad, madurez y carácter a un bonsái.

En la naturaleza, la madera muerta se crea cuando un árbol es golpeado por un rayo, cuando sufre largos periodos de sequía o cuando las ramas se rompen debido al peso de la nieve, al hielo o al viento.

CUIDADOS NECESARIOS

Los cuidados no son extremos pero sí deben ser realizados con paciencia y perseverancia, para poder tener un verdadero bonsái, mencionó Carlos Kippes, organizador de la última exposición y concurso nacional de bonsái.

Según Kippes es importante tomar en cuenta que los bonsáis son árboles, por lo tanto no deben estar en espacios cerrados y con poca luz.

La mayoría de los bonsáis son para exposición en el exterior. Las plantas de interior son muy pocas. Las hojas se secan cuando una planta de exterior está dentro una habitación. Es por eso que la luz del sol es elemental para que el bonsái pueda vivir plenamente.

Existen otros aspectos que se deben considerar al momento de cultivar un bonsái como la maceta que, además de armonizar con la parte estética del bonsái, debe ser de un tamaño adecuado.

“El alto de la maceta debe ser de igual dimensión que el ancho del tronco y, el largo de la maceta debe ser similar al tamaño de la copa del árbol, aunque esta regla no siempre se aplica”, explica Vidaurre.

Las macetas deben ser resistentes y de un buen tamaño. Además, existen muchas que se utilizan para distintos tipos de bonsái, dependiendo su especie, color, forma y tamaño.

Para escoger una buena maceta, se debe pensar en el abono adecuado para que estas plantas crezcan con los nutrientes necesarios. Esto es vital y lo más eficaz es tratar de imitar a la naturaleza utilizando abonos orgánicos sólidos. Los químicos no son recomedables. Según Kippes, se debe abonar dos a tres veces por año para llenar de nutrientes al bonsái.

Por otro lado, el regado de los bonsáis debe ser constante. Kippes dice que debe realizarse con aspersor o regadera para que no se dañe el bonsái. El riego debe ser cada dos días en invierno y pasado un día en épocas donde el calor es más fuerte.

Otra de las técnicas de regado es por inmersión, donde el agua es absorbida por las raíces más profundas. Para ello, se debe colocar la maceta del bonsái dentro un bañador con algo de agua y dejarla durante no más de 15 minutos. El exceso es filtrado por el hueco de la maceta. Este tipo de regado dura de uno a dos días.

Estilos de los bonsáis

“Durante el transcurso de los años se han desarrollado diversos estilos de bonsáis que sirven para clasificarlos. Estos evocan situaciones y circunstancias similares a la naturaleza”, menciona Kippes.

Los estilos están abiertos a la creatividad e interpretación personal, sin embargo, existen algunos parámetros que son utilizados en concursos. Los más importantes son: bonsái estilo escoba es aquel que posee un tronco recto cuya ramificación comienza a un tercio de la altura hacia todas las direcciones, obteniendo una copa en forma de bola.

El bonsái formal es uno de los más comunes, pues este estilo se encuentra a menudo en la naturaleza en lugares de mucha luz donde el árbol no se enfrenta a la competencia de otros árboles. El tronco es recto y la parte inferior es más ancha que la superior.

Por otro lado, el bonsái informal presenta un tronco curveado que crece verticalmente. Los bonsáis estilo cascada caen imitando a los árboles que crecen en las paredes empinadas de las montañas. Este estilo suele presentar sus dificultades al momento de formarlos, pues su crecimiento va en contra de la dirección natural.

Los bonsáis estilo bosque son otros de los más llamativos en los concursos. Éstos presentan múltiples troncos pero con la diferencia que los árboles sueltos forman un grupo dentro de una misma maceta.

Procedencia de las plantas

Según Carlos Kippes no todas las plantas pueden ser bonsáis. Es por eso que los bonsaístas utilizan árboles y arbustos procedentes de otros países como Japón, España, Brasil, Grecia y China. Los más conocidos y destacados son los olmos chinos, pino blanco, olmo catlín, entre otros.

En Bolivia existen especies nativas como el jacarandá, molle y sauce.

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