martes, 15 de abril de 2014

Decorador - Luis Alberto Velasco Perrogón Quito, el nombre que es sinónimo de creatividad

Cursaba su tercer año en la carrera de arquitectura en la UPSA, cuando se dio cuenta de que la decoración era lo suyo. A raíz de ello, dejó su carrera y empezó a estudiar Diseño de interiores y paisajismo. Ahora es todo un referente de la decoración a nivel nacional e internacional. Creyente de Dios, es casado con Graciela Anglarill y tiene dos hijos: Luis Alberto (18) y Mauro (13).

¿Cómo se define Quito Velasco?
Q.V.: Soy una persona sencilla, sensible y amiguera. Trato de ser lo más correcto posible y honesto. Como profesional soy una persona creativa y con los pies sobre la tierra. Trato de ofrecer al cliente lo real, lo que puedo desarrollar, soy muy exigente con mis trabajadores y muy detallista.

¿Cómo empieza a inclinarse por la decoración?
Q.V.: Uno nace con ciertas habilidades y aptitudes. A mí siempre me llamó la atención todo lo que tenía que ver con la estética y con el espectáculo. Empecé a estudiar arquitectura y luego hice diseños de interiores porque no me gustaba las matemáticas. Siempre me gustó el dibujo y el diseño. Comencé a trabajar con tema de escenario antes de graduarme. Hago mi primer trabajo en 1985, cuando tenía 19 años, elaboré un carro de carnaval para mi comparsa, fue todo un éxito. Así me empecé a involucrar todos los días con todos los eventos sociales en Santa Cruz, con el tema de los carros en el carnaval y después con el tema de las bodas, siempre ligados a la decoración.

¿A qué le atribuye el éxito que ahora tiene?
Q.V.: Yo creo que en todo uno tiene que ser perseverante y siempre se debe innovar, no estancarse y mirar para adelante. Me siento una persona privilegiada con un don de creatividad.

¿Qué soñaba ser cuando era niño?
Q.V.: Tal vez arquitecto. Siempre me llamó la atención la arquitectura de interior. Me gusta convertir, transformar espacios que han perdido su brillo a que luzcan maravillosos.

¿Cuál fue su mejor momento y el peor?
Q.V.: Cada etapa de la vida es un momento maravilloso que uno tiene que vivirlo y aceptarlo como es. Como profesional siempre hay altibajos, porque es muy difícil trabajar con materiales perecederos. En lo personal cuando perdí a mi padre, tenía 13 años.

¿Qué siente cuando está haciendo su trabajo?
Q.V.: Yo que amo lo que hago, entrego vida y pasión. Para mí la satisfacción más grande es lograr un trabajo más allá de lo que pueda significar un costo o medirme porque no calculé algo. Quedo realizado cuando el trabajo sale como realmente lo pensé.

¿Cómo logró que la franquicia de casa cor tenga éxito?
Q.V.: La primera muestra fue un gran desafío porque introducir un producto nuevo en el mercado es difícil, ya que mucha gente no lo conocía, ni los mismos profesionales. Al comienzo pensaban que Casa Cor era una tienda, otros, que era una feria con stands. Nos costó mucho ponerle la pasión y dedicarle todo el tiempo del mundo para lograr en estas dos versiones una muestra de la calidad internacional que ha tenido Casa Cor y que nos han representado con un premio. Yo creo mucho en Dios y creo que las cosas se dan cuando debe ser el momento.

¿Cómo es llevar en su espalda la fama de ser un referente en su área?
Q.V.: No es difícil llegar arriba en cuanto a lo que uno desarrolla, lo difícil es tratar de mantenerse. Nada es perfecto, todos tenemos momentos difíciles, pero tratamos siempre de ser consecuentes con nuestros actos y responsables con todo lo que planteamos. Es un gran reto estar en la vanguardia y gracias a Dios hoy es más fácil por información.

¿Qué consejos da a las personas que quieren dedicarse a la decoración?
Q.V.: Principalmente que amen lo que quieran hacer. No lo vean como un negocio, esto es posterior. El resultado primero tiene que ser el trabajo, la pasión que uno le tiene que poner a lo que desarrolle. Traten de ser lo más originales posibles, siempre nutriéndose de buena información. En lo posible no copiar todo de internet, porque corremos el riesgo de no ser nosotros mismos.

¿Si tuviera que verse obligado a escoger otra profesión, cuál elegiría?
Q.V.: Volvería a ser diseñador de interiores.

'Si alguna vez dejo mi profesión, me gustaría pintar, me encanta el arte. Me hubiese gustado ser artista plástico'.

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