Colores. Las tonalidades que mejor se integran en este estilo son las claras y blanquecinas. También le sienta bien los tonos grises, aunque solo es aconsejable para estancias bien iluminadas. La madera, por sus aportaciones a la estancia, se convierte en una parte esencial del estilo americano, tanto para mesas y muebles, como para la decoración de todo el habitáculo.
El mobiliario pretende la comodidad en toda su proporción, por ello, los sillones son espaciosos y cómodos y a menudo hay varios en la misma estancia. Para los armarios empotrados y las estancias auxiliares, se utilizan puertas correderas, las cuales, por sus características particulares, requieren menos espacios que las convencionales.
La cocina americana. Está integrada en el comedor. Es amplia y espaciosa y a menudo todo el mobiliario es de madera barnizada. Los baños suelen tener una tina simulando las de otras épocas, al igual que el lavamanos y demás accesorios.
Dormitorios. Suelen poseer camas funcionales, amplias y cómodas, con respaldos acolchados para sentarse, cojines y mantas acolchadas, los colores tienden a ser claros y suaves, todo invita al descanso. El exterior de la vivienda, es un jardín cubierto de césped y zonas donde se adecuan flores de colores contrastados. La vivienda posee acceso al jardín, y a menudo más de una puerta de entrada y salida.
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