martes, 1 de diciembre de 2015

Lámparas colgantes, un lujo para el hogar

Las lámparas chandelier tienen su origen en la época medieval. Para iluminar las estancias se colocaba un conjunto de velas colgando del techo, elevado con cuerdas o cadenas. Las bases de esos candelabros fueron evolucionando hasta convertirse en objetos decorativos. Actualmente estos elementos se siguen utilizando pero se han modernizado y reinventado para adaptarse a otros estilos. El Sol y Dekorato le presentan algunos ejemplares en esta edición.

Según el ambiente. Sharon Viera de Dekorato indicó que existe una variedad de modelos. Los hay más pequeños y grandes, con cuatro brazos, seis, ocho y hasta más. También hay los que tienen abundantes cristales y las que solo tienen algunos. La elección se hará de acuerdo al ambiente.

Adaptables. Viera señaló que una de las ventajas de estas lámparas es que son adaptables a cualquier tipo de ambiente. Por ejemplo, si es un lugar grande el que se quiere iluminar tendrá que ser una de varios brazos, en caso de que desee obtener un ambiente elegante se debe buscar una que tenga abundantes cristales, en cambio si se desea un ambiente neutro y clásico, una lámpara con pocos cristales será suficiente.

De cristal checo. La propietaria también indicó que se reconoce un buen cristal por su brillo. En el caso de estos objetos, son de cristal checo tallado, el cual es similar al cuarzo en cuanto a calidad pero más económico. Se puede notar que refleja nueve colores similares a los del arcoíris, además de que la luz de los focos que se refleja en ellos le da un toque que simula a las estrellas.

Su cuidado. Las lámparas que ofrece Dekorato tienen estructura de acero inoxidable, por lo que puede limpiarlas sin temor de que se oxiden o adquieran color negro.


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