martes, 5 de enero de 2016

Espacio con magia y encanto

Dotar de magia un ambiente es posible. La fórmula incluye algún detalle especial, un elemento natural, algo antiguo y una buena iluminación.

El espacio ideal. Los rincones que poseen luz natural envuelven todo, la energía positiva se expande y parece que todo se contagia de vitalidad. Por ello los grandes ventanales son un buen aliado, aunque debe jugar con las cortinas, para que los rayos entren, pero sin molestar.

Los detalles. Son capaces de poner ese toque mágico y dar protagonismo a un sencillo rincón. Sin ellos, los ambientes parecen desnudos y fríos.

Todo vale. Desde un mueble especial hasta un ramo de flores sobre la mesa, un recuerdo de un viaje apoyado en la pared, un libro o una fotografía o un dibujo de sus hijos en la consola del recibidor.

Personalizan, embellecen y enamoran y, si se trata de un rincón de descanso, deben siempre proporcionar comodidad. Eso sí, cree composiciones armoniosas y equilibradas, evitando saturar el ambiente.

Lo natural. Aprovéchelo y déjese seducir por los encantos naturales. Ya sean muebles o accesorios, resultan muy inspiradores, al conseguir transmitir calma casi de manera inmediata. Encierran encanto en sí mismas, ya que evocan la naturaleza, la calma, belleza y sencillez.

La lana, el bambú, la madera o el mimbre son materiales cálidos en sí mismos, por lo que su uso logra estancias acogedoras.

Un toque retro. Quizás gustan por su historia, porque parece que detrás de un mueble antiguo o un objeto con muchas vidas hay siempre una magnífica y bella historia.

Su uso le asegura contar con la magia que encierran. No se trata de crear el rincón de la abuela o agrupar todas las antigüedades que tenga en casa para ponerlas en una habitación, se trata de introducir una pincelada sutil de la belleza que poseen.

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