lunes, 4 de abril de 2016

Copas, reglas de cristal

Saber elegir las copas es casi tan importante como seleccionar bien el vino, la cosecha y la cepa, pues la forma, tamaño y material del que están hechas influyen en la degustación del jugo de la vid.

Guilherme Mantovani, representante internacional de Riedel, una de las marcas más importantes y tradicionales del mundo, por sus 270 años en la fabricación de cristalería, llegó a Bolivia para compartir sus conocimientos al respecto. Junto a él, el sommelier Darren Armstrong, de Gustu, también da algunos consejos para la elección y cuidados del menaje.

Como en todo, la moda también se impone en los decantadores y las copas. Mantovani dice que para esta temporada, éstas no tienen tallo, “lo que obliga a agarrarlas por la boca”. Pero si eres un amante del arte del vino y de lo convencional considera usar las clásicas, con tallo o pierna.Sobre el material, deben ser de vidrio o cristal, este último es más fino y totalmente transparente mientras que el primero tiene visos verdosos.

De todas maneras, ambos no transmiten olores ni sabores, son frágiles y permiten, por su transparencia, ver el color y espesor del líquido, aunque también los defectos en caso de un mal lavado.

Por eso, “no debes dejarlas de una noche a otra con restos de vino, porque éste se adhiere”, advierte Mantovani, quien recomienda remojarlas con un poco de agua hasta el momento de lavarlas con agua caliente y un algo de detergente, “agarrándola desde el tallo sin hacer fuerza en el diámetro de la boca, porque es la parte más delicada y puede quebrarse”.

También debes saber que una copa gruesa mantiene el calor del líquido, en cambio una delgada permite mantenerlo frío, aclara el sommelier o experto en vinos.

¿Frío? Sí. El vino blanco se bebe frío, a una temperatura entre 8 y 12 grados centígrados. Y el tinto, en contados casos, también. “No está prohibido enfriar un tinto en un día de calor y para acompañar una carne a la parrilla”, recomienda Armstrong, pues “las bajas temperaturas ayudan a disminuir la acidez normal que existe en los vinos blancos y en algunos tintos”.

La moda igual marca una copa muy, muy delgada, “como si el vino estuviera en la misma mano”, dice el especialista en vajillas de coctelería. De ahí su extrema delicadeza. Por eso, a la hora de hacer un brindis, “se las debe agarrar del tallo e inclinarlas un poco para que toquen las bases del cáliz, que es la parte más resistente y no así el área de la boca que puede romperse”.

Por otra parte, dada la variedad que el mercado ofrece, la pregunta es cuál es el mejor tamaño para una de vino. “Las grandes”. Y no solo porque se ven lindas y modernas, sino porque fungen de decantadores. “Las grandes permiten que el vino se oxigene para que las virtudes, como los aromas y sabores, se potencien”, manifiesta el especialista.

Ahora sí, es momento de levantarlas y decir salud.

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