Bastan 30 segundos desde que se produce un cortocircuito en el juego de luces que adorna el árbol de Navidad para que éste se incendie y convierta la fiesta en un drama o tragedia.
Sobrecargar los tomacorrientes con el uso de más de tres juegos de luces navideñas al mismo tiempo, olvidar el apagarlos antes de ir a dormir, reemplazar los focos por unos de mayor voltaje —lo que puede producir una sobrecarga—, dejar que las mascotas muerdan los cables y los dejen pelados, o que los niños coloquen sus dedos en los espacios del juego de focos navideños vacíos, son conductas de riesgo que deben evitarse.
Según Jorge Ramírez, capitán de la Unidad de Bomberos de La Paz, a fin de año hay más incendios, debido a una inadecuada instalación de luces navideñas. De hecho, el 70% de los incendios registrados en Bomberos fueron causados por imprudencia y falta de observancia.
“Según la tradición, las velas se deben encender a medianoche; pero si se da cuenta que ya tiene sueño, lo mejor es apagarlas... No las ponga en un lugar cercano a materiales inflamables, como el plástico de los arbolitos, o el pasto sintético del nacimiento”, advierte Ramírez. La prevención también es parte de una Navidad feliz.
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