domingo, 14 de junio de 2015

Kirah Design, arte boliviano con identidad global

EMPRENDIMIENTO | ESTA EMPRESA SE HA CONVERTIDO EN UN REFERENTE DEL DISEÑO ARTÍSTICO BELLO, ORIGINAL Y SOSTENIBLE AMBIENTALMENTE, NO SÓLO EN BOLIVIA SINO EN EL MUNDO.

El taller de Kirah Design en Santa Cruz tiene solo lo que necesita. Nada más y nada menos. Cada espacio, cada herramienta, cada tacón de madera que se usan en él, está pensado para cumplir un objetivo y no hay lugar para el derroche o la ostentación, y es que desde el principio de su creación Kirah Design se ha enfocado en una meta muy clara: crear productos hechos a mano con un importante enfoque ecológico, usando deshechos, tintes naturales y materiales nobles y realzando el talento de los artesanos bolivianos.

La boliviana Gabriela Flores Terceros es quien dirige Kirah Design desde 2008, cuando decidió que su empresa aprovecharía la madera que se desechaba como basura y que como parte de la responsabilidad social empresarial, le dan otras empresas como el Grupo Roda. Con esta madera se crean piezas bellas y diferentes, lo que ha marcado el sello de Kirah Design.

Han pasado siete años, y la empresa que se enfocaba sobre todo en regalos corporativos donde Gabriela hacía sus primeros pinitos como diseñadora, se ha convertido en un lugar que produce arte de proporciones, se enfoca sobre todo a la exportación y que tiene un nuevo socio, Ricardo Destarac, esposo de Gabriela, quien se ocupa de toda la parte financiera y administrativa de Kirah dejándole a ella más libertad para crear. El horizonte se ha ampliado.



EMPRESA SOCIAL

Recorrimos el taller que Kirah tiene en el Parque Industrial de Santa Cruz, taller que se encuentra en el Vivero Empresarial que se inauguró con fondos de la cooperación española para que los empresarios puedan hacer su negocio rentable hasta estabilizarse. Aunque la cooperación española ya no trabaja en el proyecto y las empresas que trabajan en el vivero pagan un alquiler, este es menor de lo que pagarían en otro lugar lo que es una gran ayuda para su desarrollo.

El proceso que se sigue en Kirah Design está sistematizado con precisión. Cuando la madera llega al taller, se corta y el artesano se lleva la orden de compra y el diseño. Luego Kirah recibe la pieza de nuevo para terminar de pulirla y completar el trabajo dándole su toque.

Cuando el artesano vuelve con su pieza al taller se hace el primer sellado con fuego, marcándola. Luego los artesanos que trabajan permanentemente en Kirah Design realizan entre siete a nueve procesos por pieza para el acabado viendo dónde hay rayas, qué partes hay que curar, dónde se debe sacar lo podrido, dónde exaltar la madera, etc.

En el proceso se usan máquinas muy pequeñas, pero la mayoría se hace manualmente. La pieza pasa a un primer proceso de fondo que es una protección de la madera, otra vez se hace el curado hasta el proceso de lijado, donde el artesano puede empezar con una lija 30 y en el taller de Kirah se la termina con una lija de grano 2000. Dependiendo de la complejidad de la pieza se puede procesar en un día o en cinco semanas.

En Kirah también trabajan tres torneros, que se rigen a los diseños que hacen Gabriela y otros diseñadores. La empresa les enseña a los artesanos, que trabajan de forma independiente en diferentes comunidades, a elegir la madera, a ver el encanto en aquello que para otros son defectos y a preservar y embellecer las vetas de la madera hasta lograr los resultados que han posicionado a Kirah Design.

El artesano, con su experiencia, va viendo qué se puede sacar de una tronca, y los resultados son sorprendentes. Aunque confía en el talento de quienes trabajan con ella, la empresa hace capacitaciones constantes a sus artesanos contratando profesores muchas veces del extranjero, aunque no en la parte de tornería porque los artesanos dominan esa tarea que muchos aprenden desde niños.

Kirah Design logró financiamiento hace algunos años de la Corporación Andina de Fomento (CAF) para comprar herramientas, maquinaria y otros instrumentos básicos necesarios para el trabajo en los talleres, y también para capacitar y fortalecer a los artesanos, un trabajo que le corresponde a una fundación, no a una empresa, pero que Gabriela ha financiado por la confianza y la pasión que tiene en su trabajo y en quienes trabajan con ella. Y porque entiende perfectamente el concepto de empresa social.

El taller de Kirah tiene que asegurarse la provisión de material, por lo que por primera vez una empresa en el país ha comprado un camión de ramas, aquellas que la industria maderera desecha ya que utiliza solo la parte perfecta del tronco.

Kirah Design ha encontrado el encanto en aquellas ramas y las ha convertido en el material para sus creaciones. Sin embargo, y aunque sean deshechos, la madera que se usa en Kirah está certificada internacionalmente bajo los parámetros de sustentabilidad ambiental, un punto fundamental ya que el producto final llega a mercados internacionales que exigen esta medida.



“ORO EN POLVO”

La madera Morado es hoy la estrella de Kirah Design, el “oro en polvo de los bosques” que Gabriela reúne para la fabricación de las diferentes piezas.

Hoy Kirah Design tiene muy diferenciadas sus colecciones, y ha tenido que irse adaptando al mercado y sus demandas. Gabriela encontró el talento en la base de la pirámide de producción, en los artesanos de las comunidades, para hacer productos que hagan que ellos se sientan orgullosamente bolivianos.

Siete años más tarde Gabriela confiesa que eran demasiados desafíos juntos para ella sola porque trabajar con deshechos ya es un reto, hacerlo con la gente de la base de la pirámide es otro, trabajar con un mercado que demanda y no paga lo justo es otro desafío, y cubrir las condiciones de calidad de los mercados internacionales también.

Gabriela quiso mostrar a Bolivia entera, no sólo a una región, así que identificó los distintos potenciales: en Santa Cruz la madera, en Cochabamba el vidrio, en Sucre, Potosí y El Alto, los textiles, y el peltre en La Paz. Ahí el mercado empezó a crecer, pero cuando llegó la crisis los proyectos tuvieron que suspenderse pese a que ya los artesanos hombres y mujeres habían sido capacitados. En ese momento Gabriela decidió especializarse en la madera, aunque Kirah Design también sigue trabajando con vidrio en Cochabamba. En el caso del vidrio, los objetos se trabajan a partir de botellas que estaban en la basura.



UNA SÓLIDA ALIANZA

Ahora Gabriela ya no está sola con su emprendimiento, casada hace dos años con Ricardo Destarac, a quien conoció en un taller para emprendedores en Guatemala, él se ha convertido en una parte fundamental de la empresa. “La madera empezó a convertirse en lo que nos hacía únicos, en lo que nos daba fuerza”, cuenta la empresaria, mientras explica que no sólo ella diseña para Kirah, sino que existen otros diseñadores con estilos diferentes lo que enriquece mucho el producto final que siempre tiene el sello Kirah Design. “Creemos en el diseño basado en la naturaleza. Las colaboraciones iniciales con diseñadores bolivianos e internacionales -Marcella Echavarría, Courtney Hardt, Katie Miller and Ketty Callau- dieron vida a hermosas piezas y colecciones en madera, vidrio reciclado y textiles para el mercado de Estados Unidos. Aun antes de eso, las primeras piezas que produjimos fueron ejemplos de la cuidadosa armonía entre naturaleza y colaboración: jarrones decorativos en madera de morado, predecesoras del clásico Jarrón Kirah, elaborados a partir de troncas descartadas y cuidadosamente trabajadas para convertirlas en un diseño simple, atemporal y natural.”

Lo que se ha definido este año, que ha sido clave, es darle más fuerza a la exportación, aunque sin descuidar el mercado interno. El mercado boliviano se enfocaba mucho en los regalos corporativos, lo que ayudó también a entender el objetivo final que era generar oportunidades reales de trabajo para quienes quieran trabajar y no vivir del paternalismo, “Kirah se enfoca en trabajar con gente que tiene ganas de trabajar, que quiere progresar” dice Gabriela, y para ello ha logrado una combinación entre hombres y mujeres muy interesante, que forman un equilibrio armonioso en la empresa.

Luego de la experiencia con el mercado boliviano se han podido reunir los requisitos para entrar en grande al mercado internacional como las sucursales en Washington y Nueva York del Museo Smithsonian, además de que se está negociando exportar el primer contenedor a Estados Unidos, se ha ingresado a Chile, a Dinamarca y a Brasil, que para Gabriela fue el mercado que dio el empujón necesario para animar a Kirah Design a incursionar en el mercado internacional con piezas de mayor tamaño y más ambiciones. “Empezamos a ver el mundo diferente y decidimos definir nuestra estrategia cerrando la tienda y dando impulso al taller. En la tienda los clientes iban a comprar regalos, acá vienen a comprar piezas de arte.”

El taller ha crecido al ritmo de lo que sus mercados le piden, pero en Kirah no es la cantidad lo que pesa. Actualmente en planilla trabajan ocho personas, entre hombres y mujeres, absolutamente calificados y sobre todo leales a la empresa, que es un tema en el que Gabriela ha trabajado arduamente y que se ocupa constantemente en mantener.



COLECCIONES Y MERCADOS

Hoy Kirah Design está trabajando en tres colecciones. La primera son piezas de regalo generalmente corporativas, pero también son las piezas que están en los museos Smithsonian. Cada pieza es trabajada meticulosamente, destacando su singularidad porque no hay pedazo de madera igual, pero estas piezas son replicables y tienen consistencia en tamaño y modelo.

La segunda colección es de piezas más orgánicas, con madera elegida con más nudos, más huecos, con las que el cliente vibra directamente con su arte al ser piezas con más dimensiones, que se juegan con más vetas. Es una categoría para el hogar, o algo que se regalaría de manera muy especial, y es lo que Kirah Design ofrece a diseñadores de interiores y arquitectos. El valor percibido es mayor.

Gabriela identificó el trabajo que se toman los artesanos en cada pieza, y el valor de ese tiempo, para separar sus productos. Y ahora también se trabaja en piezas grandes porque ya existe mercado para ellas. Acá entra la tercera categoría, la de arte, donde están las piezas más grandes como bases de mesa por ejemplo. “Lo que estamos haciendo acá además es jugar con diseños colaborativos, al invitar a diseñadores y a que el cliente también participe. Nosotros le damos también opciones, y termina siendo una obra de arte con calidad Kirah Design”, explica Gabriela. También habrá piezas más pequeñas pero igualmente artísticas y únicas, como flores talladas para jarrones o paredes, fuentes para comida, etc. Esta categoría es la de Morado Art.

Otro proyecto en el que Gabriela trabaja con un cariño especial se llama “Cubos que viven”, que son cuadrados de madera con metal, cada uno con una inscripción, de los que solamente se han hecho 15. Son una forma de decir que esa madera que iba a ser tratada como basura, es hoy una pieza de arte capaz de transmitir algo realmente importante y único. Esto es común en cada una de las obras que emergen con el sello Kirah Design. “La idea de “equilibrio” se incubó lentamente desde un viaje “de inspiración” al Salar de Uyuni en 2009. Existe en ese paraje un monumento natural llamado “el árbol de piedra” que caprichosamente se balancea en medio del paisaje desolado. Lentamente, la esencia de esa maravilla natural se fue destilando en mi imaginación hasta que, cuatro años más tarde, durante una sesión de innovación en Santa Cruz, vio la luz. Buscando posibles alternativas de diseño a partir de tablones con grandes rajaduras surgió la idea de cubos equilibrados sobre uno de sus vértices, intentando mantener el balance, aferrándose a seguir existiendo y mostrando su belleza natural”, cuenta Gabriela.

Kirah Design transforma materiales sobrantes de las operaciones forestales certificadas en objetos singulares y hermosos. Utilizando técnicas tradicionales transmitidas de generaciones en generación, cada pieza es hecha a mano por maestros artesanos, y muestra los valores culturales y el talento de cada uno de ellos. Una cadena donde todos ganan: los artesanos que elaboran la pieza, el taller que la diseña, la pule y la termina, y el cliente que tiene una obra de arte única y de una calidad insuperable.

Perfil

Gabriela Flores Terceros

Cruceña, que vivió en diferentes ciudades del país y se formó en Relaciones Internacionales, trabajó como gerente general de una empresa de transporte marítimo antes de fundar Kirah Design. Diseña y supervisa las piezas que se trabajan en Kirah Design, coordina con los artesanos en diferentes comunidades, abre mercados y es mamá de Julián Destarac Flores, de 10 meses.

El 2012, Gabriela ganó la categoría de América Latina como empresaria innovadora y con visión social de la Fundación Cartier Women’s Initiative Award lo que le dio un gran impulso y reconocimiento a su empresa que hoy exporta a diferentes países de Sudámerica, Europa y a Estados Unidos.

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