La suciedad y el desorden generan caos, dispersión y fatiga. Si la vivienda se ve desordenada, sucia o abarrotada no queda más remedio que practicar la ley del desapego tirando o donando aquello que ya no es útil. “Deshacernos de lo que no necesitamos es hacer espacio a nuevas cosas y proyectos que están por venir”.
Las casas necesitan respirar, sobre todo cuando se notan muy densas. Todos los días es necesario ventilar aunque sea un poquito para que el aire se renueve. Los olores agradables suben tu vibración y mejoran tu estado de ánimo. Las velas, inciensos, aceites esenciales son ideales para ambientar el espacio.
Ilosva Miranda
Psicóloga
RECOMENDACIÓN
Es importante considerar que la vivienda es una extensión de las personas y de sus personalidad. Se puede afirmar que cuanto mejor se siente uno más ganas hay de arreglarse, cuidarse y mimarse; lo mismo sucede con el hogar, que viene a ser una prolongación del cuerpo físico.Cuanto más desordenada y sucia se encuentre la casa, habrá fatiga y falta de energía.
Información y consultas al teléfono: 72711396
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