Las sábanas. La cama es el protagonista de este ambiente dedicado al relax y por ello los elementos que la visten también destacan.
Aunque no están a simple vista, las sábanas entran en contacto directo con el cuerpo, por lo que es importante saberlas elegir.
Las que están elaboradas de 100% de algodón son cómodas y frescas, son ideales para climas cálidos; sin embargo, tienen el inconveniente de que se arrugan mucho y se pueden encoger y amarillear con el tiempo si es que son blancas.
Las más actuales son una mezcla de algodón y poliéster que hace que se arruguen menos y no se encojan con los lavados.
También están las sábanas de seda, o satén, que se caracterizan por su textura suave y fría, por lo que también son más recomendadas para climas cálidos. Además, son eficaces contra los ácaros y por tanto un aliado para los alérgicos.
Los cubrecamas. Los colores, diseños y texturas pueden generar diferentes sensaciones visuales.
Los cubrecamas en colores pastel transmiten tranquilidad, mientras que las que hagan contraste con los colores de la habitación aportarán dinamismo a la estancia.
Se pueden elegir con motivos florales, diseños geométricos o incluso lisas, pero sin olvidar que el dormitorio debe invitar al relax y al descanso, así que hay que intentar no saturar con la decoración.
La forma de tenderlas. La forma de tender la cama también podrá ayudar a cambiarle el estilo a su dormitorio.
Las sábanas pueden estar totalmente cubiertas o dejar un doblez al descubierto a la altura de las almohadas.
Tampoco hay que olvidar que los cambios que se realicen en la ropa de cama también estarán relacionados con los cambios de estaciones y el descenso o ascenso de la temperatura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario