Lograrlo no es la pesadilla que muchos piensan, y es que cuando se trata del hogar siempre nos centramos en la iluminación artificial, pero hay una serie de detalles para conseguir iluminarla.
Conociendo algunas sencillas estrategias se puede optimizar al máximo la claridad que recibe la casa;
es que se trata de crear ambientes, generar confort y aportar carácter a la decoración. Además de eficiencia energética, hay que planificar el sistema de iluminación según nuestros gustos y necesidades,
y hacerlo de manera global.
El objetivo es lograr un equilibrio y que se eviten contrastes excesivos; para eso hay que estudiar la distribución de la vivienda y del mobiliario para combinar los tipos de iluminación.
1. El color de las paredes
Los tonos claros son la elección indicada para aquellas habitaciones
de espacio reducido y poca iluminación, pues crean
un efecto reflector de la luz y la proyectan.
Si buscas luminosidad y conseguir un lugar que irradie luz por doquier, el blanco es el color que debes
seleccionar.
2. Techos de colores
En el momento de pintar
la casa, muchas veces
se comete el error de olvidar o relegar el techo a un plano secundario. Lo que realmente desconocemos, es que el color que se dé
a los techos incidirá notablemente en cuestiones la percepción de amplitud y altura de la habitación
y por supuesto, en la luminosidad del espacio.
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