Crea un ambiente sano: Que no le falte la luz natural y, a la hora de escoger, prioriza muebles y textiles de materiales naturales para crear el ambiente más saludable.
Que sea colorista: Juega como ellos y experimenta. Eso sí, las piezas grandes (cama, armario, escritorio...), que sean de colores claros y neutros. Los más vivos déjalos para las piezas pequeñas, los textiles y los juguetes. Así no te cansarás ni tendrás sensación de caos.
Dales amplitud: Deja una zona despejada en el centro de la habitación. Una alfombra puede delimitarla. Es el escenario ideal para imaginar mil juegos.
Ayúdales a ordenar: Muebles como estanterías a su medida o books con ruedas pueden enseñarles a ordenar. Si escribes o dibujas sobre la madera lo que contiene cada cajón o cada arcón, les ayudarás todavía más.
Piensa en el futuro: Porque los niños crecen y lo hacen muy rápido, una buena idea es escoger muebles que puedan adaptarse a su crecimiento.
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