Planificación. La clave de todo es planificar el espacio, el presente y el futuro. Es importante no limitarse ni crearse expectativas irreales. Piense en el presente, en lo que le gustaría tener ahora, pero también en las necesidades que su vida le plantearía en el futuro próximo. Así evitará hacer frente a modificaciones constantes.
La iluminación. Distribuir la casa hacia la luz, hacia el exterior, le permitirá iluminar sin esfuerzo cualquier habitación.
La luz modifica el color y proyecta calidez, cualquiera sea el tono en el que estén pintadas las paredes. En este sentido, intente unificar la paleta de color para crear un estilo base en todos los revestimientos.
Muebles para delimitar espacio. Lo ideal es elegir los muebles de un tamaño proporcional al espacio del que dispone. No cometa el error de adquirir un mueble pequeño para un espacio grande, corre el riesgo de verse perdido en la amplitud, pero tampoco compre uno que ocupe gran parte del espacio de su hogar.
Los muebles bajos son ideales para delimitar los espacio y mejor si tienen ruedas u otros elementos para una fácil movilidad, le ayudarán a colocarlos en distintas áreas, según las necesidades que tenga.
Los muebles que no tengan cubierta la parte trasera, como estanterías, también ayudan a dividir los diferentes ambientes.
Existen algunas estancias que pueden prescindir de puertas interiores: la cocina y el comedor no tienen por qué estar separados. Eso sí, tenga el cuidado de colocar los muebles de manera que no dificulten la circulación ni el acceso de entrada o salida a estos lugares.
Se recomienda que aunque sea más caro, apueste por tapizados duraderos con tratamientos antimanchas en tejidos lisos soportan mejor el paso del tiempo.
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