Punto focal. Es muy importante identificar un lugar que permita romper la uniformidad que por lo general se destaca en este espacio. Para ello una opción son las plantas, que se recomienda sean de tamaño mediano para que no hagan mucha sombra, además deben tener hojas que no cambien constantemente, ya que generan desperdicios en el suelo y en la piscina.
Un aspecto que se debe analizar es el de las raíces. Estas no deben ser muy grandes porque podrían afectar la estructura de la piscina. Es recomendable que estén siempre podados.
Tome en cuenta que los árboles y las plantas o flores no se colocan de un modo casual, sino siempre pensando en el equilibrio y la belleza del resultado final.
Espacio natural. Si desea algo más sofisticado, una opción viene el concreto y la fibra de vidrio, materiales, con los que se realizan imitaciones de roca, recreando un paraíso tropical rodeado de cascadas, caídas de agua para hidromasaje y plantas. Estas formas irregulares le aportan una sensación de naturalidad a esta área y de esta manera se cambian los bordillos prediseñados que vienen con las piscinas tradicionales.
Revestimiento. La madera resurge con más fuerza que nunca. Ya no solo en suelos o en muebles de interior, también en lugares como el jardín.
Este material tratado de forma adecuada puede dar resultados antideslizantes estupendos, además de resistir grandes temperaturas causadas por el sol.
Lo mejor de estos materiales es que son de fácil instalación, no hace falta meterse en obras de gran envergadura para disfrutarla.
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