Es tan fácil de limpiar como los azulejos, cualquier mármol brillará después de pasarle un paño impregnado de agua jabonosa y lejía. Conseguirá el mismo efecto con una solución de amoniaco.
No olvide nunca el pulido, para ello se debe frotar la superficie con talco con un trapo seco.
Se puede proteger al mármol de las rayas encerándolo con productos incoloros.
En las manchas, se recomienda aplicar acetona y dejarla actuar dos o tres horas. Después aclárelo abundantemente con agua limpia.
Nunca vendrá mal un golpe de efecto. La receta ganadora: zumo de limón, agua oxigenada y alcohol desinfectante. /enfemenino.com
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