En este sitio el niño creará, jugará y aprenderá, por lo que se recomienda que sea amplio y ventilado, que tenga buena iluminación, mejor si es natural, y que se ubique lejos del televisor.
“Tanto la mesa como la silla deben estar diseñadas para que el infante se encuentre cómodo y su espalda esté erguida, en buena postura. Si no es confortable, estará molesto y rápidamente se levantará del lugar”, señala la directora de la carrera de Psicopedagogía de la Universidad Católica Boliviana (UCB), Alejandra Martínez.
Sobre los objetos que deben colocarse, los libros tienen que estar a su alcance, así como sus lápices y colores. Las tijeras u otros artefactos cortantes deben guardarse en cajones. Asimismo, sus cuadernos deben acomodarse por prioridad, tarea o materias.
El espacio debe estar ventilado. “No se recomienda que sea un ambiente cerrado. Si te preguntas si adornas el lugar con juguetes, la respuesta es ‘depende de su edad’, porque su espacio de juego es también de aprendizaje. Lo recomendable es que los niños de dos a cuatro años tengan un escritorio con juegos didácticos”.
El portal decopeques.com sugiere colocar una lámpara que ilumine la mesa de trabajo. Ahora sí, deja que tu pequeño se sumerja en el mundo del conocimiento.
Su escritorio debe tener colores que transmitan alegría y calidez como turquesa, celeste, anaranjado y verde claro.
Ubicación
Normalmente debe situarse en un rincón de su habitación. Si es posible es mejor tener otro ambiente propio para el estudio.
Mobiliario
Los muebles tienen que estar ubicados dejando espacio para que el niño se mueva y para que los cajones se abran sin problemas.
Ruido
El infante requiere un ambiente silencioso y tranquilo, lejos del afán de los quehaceres de la casa. Mejor si tiene vista a un lugar agradable.
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