Las almohadas son caldo de cultivo para los ácaros y éstos pueden producir alergias en pieles sensibles. “Por eso, trata de que cada día tus almohadas queden bajo el sol por lo menos durante una media hora. Sacúdela a diario y cambia su forro todas las semanas”, indica Eugenia, otra abuelita.
Cuando son de plumas, es preferible llevarlas a la limpieza para que las laven en seco. Puedes meter a la lavadora las que son de lana, esponja o fibra, asegúrate de que queden bien secas y no se destrocen.
El forro de la almohada se puede limpiar con una tela apenas húmeda (sin mojar) con suavizante para ropa. Es útil también esparcir un poco de bicarbonato y bórax, dejarlo 24 horas y retirarlo usando la aspiradora.
Tela absorbenteProcura que la funda de tu almohada sea de una tela absorbente, como el algodón. Esto la protegerá del aceite natural que tiene tu cabello y de las cremas que utilizas.
¿Cómo secar?Primero aplástala ligeramente sobre una superficie limpia, como una tina, y pasándole una toalla seca para retirar la mayor humedad posible. Sécala al aire libre.
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