Si le pidieran describir las sensaciones que tiene después de un día de caminata por las montañas o una visita al jardín botánico seguramente todas serían positivas: logra desconectarse de sus asuntos diarios, relajarse y recargar su energía. En cualquiera de estos casos, su percepción de bienestar tiene una explicación: el contacto con la naturaleza.
Aún en períodos relativamente cortos, el contacto con la naturaleza trae beneficios físicos y emocionales notables, como por ejemplo: la relajación y reducción del estrés, disminución de la fatiga mental y aumento en la claridad mental, recuperación más rápida luego de una cirugía y una mayor sensación de bienestar, tal como lo demuestra el estudio “Psychological benefits of nature experiences” (los beneficios psicológicos del contacto con la naturaleza).
Tener un jardín de pocos metros cuadrados o ambientar un espacio dentro del hogar no es un obstáculo para poder disfrutar de un rincón verde con los elementos y plantas que más nos gusten, para recargar energías.
Se trata, simplemente, de reallizar una buena planificación con el fin de aprovechar cada rincón de nuestro vergel.
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